Investigador de CYCLO destaca detección de cambios en superficie que permitiría anticipar terremotos

*** Recientemente publicada en Nature, una investigación en la cual formó parte el geólogo Marcos Moreno, detectó modificaciones en la superficie terrestre en zonas donde luego ocurrieron los terremotos de Chile (2010) y Japón (2011).

La detección de oscilaciones en la superficie terrestre, en extensiones de unos mil kilómetros tanto en Chile como en Japón, tras lo cual se generó el desacople de las placas tectónicas que provocaron posteriormente los terremotos de 2010 y 2011, respectivamente, es parte de los resultados de una nueva investigación publicada en Nature y realizada por científicos de Estados Unidos, Chile y Alemania, entre los cuales se cuenta el doctor Marcos Moreno, investigador adjunto de CYCLO y académico de la Universidad de Concepción, casa de estudios que destacó estos resultados en la prensa nacional.

Para dar con este hallazgo, este equipo investigó las señales que captaron el movimiento de estaciones de navegación por satélite GNSS (GPS) antes de los grandes terremotos de 2010 (8,8) y de 2011 (9,0).

Así, identificar los cambios que pueden estar relacionados a los procesos que gatillan los terremotos, es una de las implicancias de este estudio, a juicio de Moreno.

“Gracias a los datos satelitales hoy podemos identificar con gran precisión cómo se deforma la superficie de la Tierra antes de grandes terremotos. Esto nos permite identificar los cambios que pueden estar relacionados a los procesos que gatillan los terremotos. Es probable que la gran mayoría de los grandes terremotos estén acompañados de actividad precursora, como ya se había registrado antes del terremoto de Iquique el 2014, y ahora antes de los terremotos de Japón el 2011 y Maule el 2010.  Aún falta mucho para comprender mejor esta actividad precursora, pero es un gran avance poder detectar estos movimientos”, dijo.

Con todo, Moreno destacó que el estudio de estos cambios previos en una zona donde luego ocurre un terremoto, es el foco del proyecto Anillo 2020 Precursor, financiado por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo de Chile (Anid), “en el cual integraremos un equipo interdisciplinario de investigadores chileno y extranjeros para obtener más y mejor información de estos procesos”.

La investigación

En su publicación en Nature, los investigadores explican que los terremotos de Chile y Japón ocurrieron en el borde del Pacífico, donde las placas oceánicas se sumergen debajo de la corteza continental u oceánica en un proceso llamado subducción.

Durante años y décadas la energía sísmica se acumula lentamente, lo que produce un movimiento constante de la superficie terrestre debido al acople entre la placa tectónica que se hunde con la que está sobre ella.

En el caso de Chile, se registra como un movimiento lento de compresión hacia el este (Argentina). Este estudio demuestra que de manera reiterada las estaciones de GPS se desplazaron en dirección opuesta a su movimiento normal, es decir, hacia el Oeste (hacia el Océano Pacífico); pero luego invirtieron de nuevo su dirección para volver a su movimiento normal.

Lo más interesante es que, en ambos casos, muy poco después de la segunda inversión, el contacto de las placas se rompió y se produjeron estos terremotos. Estas oscilaciones de movimientos contrarios al movimiento normal indican un cambio en el comportamiento entre las placas antes de grandes terremotos, mostrando un potencial período precursor que precede a la liberaron de energía durante un gran terremoto.

En Japón, el gran número de estaciones permanentes permitió detectar con gran precisión espacial y temporal los cambios en la velocidad y la dirección en que se mueve el suelo antes del terremoto. En Chile la red no es tan densa, pero permitió registrar un patrón de movimiento similar antes del terremoto del 2010.

Los investigadores estudiaron posibles causas y potenciales mecanismos artificiales responsables de estos cambios de movimiento, no encontrando ninguna explicación que no sea relacionada a procesos que ocurren antes de grandes terremotos. Ante ello, sugieren que existen deformaciones transitorias en la superficie terrestre que son resultado de cambios que ocurren a grandes profundidades, ya que tienen un efecto continental.

Los autores proponen que estas oscilaciones son consecuencia de períodos donde hay un mayor “tirón” en las placas tectónicas, causado por cambios en la composición y densidades en la placa oceánica a medida que ésta se hunde bajo el continente. Y estos períodos de mayor tirón aceleraron la carga en los segmentos acoplados más superficiales que están atascados por la fricción, áreas donde se generan estos grandes terremotos.

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