*** Ambos fenómenos fueron generados por la activación de fallas corticales o fallas intraplaca, que, a diferencias del 27F o del ocurrido en 1960, afectaron zonas localizadas. Pese a esto, los daños fueron de tal magnitud, que han quedado registrados en la historia del país.

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Pese a que Chile es conocido mundialmente por ser epicentro de grandes terremotos interplaca (subducción de la placa de Nazca bajo la Sudamericana), que han generado potentes fenómenos como el ocurrido en 1960 y el 27F, nuestro país también aloja en su historia fuertes sismos intraplaca generados por fallas corticales, y que han afectado de forma notoria a la Región Metropolitana.

Y es que los fenómenos intraplaca a causa de la activación de fallas corticales han sido foco de noticia en los últimos meses. Tal es el caso del terremoto de Croacia (diciembre 2020), y de los sismos detectados en Panguipulli, Región de Los Ríos, en febrero pasado.

Con esos antecedentes, el Dr. Andrés Tassara, geólogo, académico del Departamento Ciencias de la Tierra de la Universidad de Concepción y director alterno del Núcleo Milenio Cyclo, describió -a grandes rasgos- cuáles han sido los principales terremotos intraplaca que han afectado a Chile.

De partida, Tassara explicó que la sismología de terremotos o la historia sísmica, se divide en tres tipos: terremotos prehistóricos, terremotos históricos y terremotos instrumentales.

En el primer tipo, dijo Tassara, “solamente tenemos evidencia geológica que investigar, en las rocas, de los efectos que produjo”. Los terremotos históricos en cambio, son aquellos “que fueron registrados en la historia y cuyos daños pueden ser entendidos desde la perspectiva de relatos históricos y por lo tanto se puede obtener alguna información importante científica”. Finalmente, los terremotos instrumentales, acotó, son todos aquellos que han podido ser registrados por instrumentos y equipos sismológicos.

En el ámbito de terremotos intraplaca prehistóricos, Tassara sostuvo que “es muy poco lo que sabemos”, no así en el caso de los históricos, donde hay más información. Aquí, precisó, existe un referente: el ocurrido el 13 de mayo de 1647, conocido como el terremoto del Cristo de Mayo, que generó un millar de fallecidos en el Chile colonial.

“Ese terremoto causó mucha afectación, principalmente en Santiago, y que, en la costa, en Valparaíso, parece no haber generado casi nada de daño, y que definitivamente no causó un tsunami, por lo tanto, da la impresión que fue un terremoto intraplaca, y que incluso podría haber estado asociado a la Falla de San Ramón”, explicó.

Dicho terremoto debe su nombre a que la imagen del Cristo crucificado que se ubicaba en la iglesia de San Agustín, en Santiago, producto del fuerte movimiento, vio caer su corona de espinas desde la cabeza hasta el cuello. Tras este hecho, todos los 13 de mayo se realiza una procesión con la imagen religiosa, que en el folclor popular pasó a ser llamada “Señor de los temblores”.

En el caso de los terremotos intraplaca instrumentales, el punto de referencia es el terremoto de Las Melosas, ocurrido el 4 de septiembre de 1958, también con grandes daños en la Región Metropolitana. Este hecho causó la destrucción de la localidad minera El Volcán, a unos seis kilómetros de Las Melosas, Cajón del Maipo, lo que provocó el fallecimiento de 4 personas, generando además 35 heridos y 175 damnificados.

“Este fenómeno generó daños importantes en Santiago, por ejemplo, en infraestructura que estaba siendo ubicada en el Cajón del Maipo, como algunas centrales hidroeléctricas de pasada. Si hoy día ocurriera uno, afectaría mucha más infraestructura de la que había allí en aquellos años”, puntualizó.

Estos terremotos, dijo Tassara, “están asociados a fallas que son relativamente pequeñas en extensión, y cuyas magnitudes han estado en el mismo rango de los terremotos de Croacia (2020), de Norcia (2016) y L’Aquila (2009) en Italia”.