Modelan la primera señal de reactivación sísmica dentro del segmento que falló durante el 1960

El terremoto de Valdivia de 1960 es el de mayor magnitud registrado instrumentalmente por la sismología moderna. Es la rareza, poca frecuencia, escasa precisión y pocos registros de la deformación que producen estos megaeventos lo que hace complicada la caracterización del ciclo sísmico en la zona. Ya en 2016, un terremoto profundo de magnitud 7,6 volvió a mover la costa chilena (Chiloé) justo en el sector sur del segmento que falló hace más de medio siglo atrás, dando la primera señal de una reactivación sísmica y una clara oportunidad para que un grupo de investigadores nacionales e internacionales entre los que destacan miembros de Cyclo puedan estudiar la acumulación y liberación de energía.

En este contexto, el investigador de Cyclo Marcos Moreno (Autor), acompañado de Daniel Melnick y Andrés Tassara (y otros investigadores internacionales); publicaron un artículo en la prestigiosa revista Nature Geoscience en donde se presenta un modelo que demuestra la división de la zona sismogénica, en un segmento más superficial y un segmento profundo; y cómo se sincronizan temporalmente (estos dos segmentos ) en el caso de la acumulación y liberación de energía.

“Tenemos un segmento somero que se rompió en 1960 y que ya acumuló suficiente energía como para que empuje al segmento profundo y gatille el terremoto del 2016. Esto no significa que la energía del segmento somero se esté liberando. Aquí tenemos dos segmentos que conversan entre sí y también actúan de manera independiente”, señaló Daniel Melnick, Director de Cyclo y coautor del artículo.

En tal contexto, si bien, la placa de Nazca, que está en constante movimiento y genera presión contra la placa Continental sumergiéndose bajo ésta (subducción), el proceso no es uniforme en todo su margen, algunas partes se traban y otras continúan empujando. Por lo tanto, los terremotos más profundos como el de 2016 pueden considerarse como una primera fase de liberación de energía, precediendo la falla de la región menos profunda durante los grandes terremotos.  El modelo propuesto por Moreno plantea que a medida que la compresión intersísmica se acumula, más eventos de clase 2016 deberían ocurrir a lo largo de la zona de ruptura de 1960.

 

El estudio contempló datos geológicos, satelitales y de GPS, los cuales están instalados en distintos lugares, siendo constantemente monitoreados por los miembros de Cyclo, frente a lo cual, se resaltó tener uno de estos equipos justo por encima del área de ruptura, lo que justamente diferencia este modelamiento de algunos previamente hechos.

 “Una de las conclusiones importantes de este estudio, dice que el segmento ya está despertando y que podríamos tener otros eventos como el del 2016 en otras partes del segmento del ’60; como aquí mismo en Valdivia. A través del uso de GPS sabemos que está cargada -por lo menos hace una década- la zona somera y hay energía suficiente como para que se gatillen eventos de este estilo, profundos, que podrían causar pequeños levantamientos en algunas zonas de la costeras, como se ve en Castro y en la costa de Osorno ”, señaló Melnick.

En torno al futuro de estas investigaciones, el director mencionó que pronto se espera publicar un nuevo estudio en torno a una escala de tiempo de este proceso de recarga de energía después de un terremoto como el de Valdivia 1960.

Estudio original : Moreno, M., Melnick, S. Li, D .. Bedford, JR, Baez, JC., Motagh, M., Metzger, S., Vajedian, S., Sippl, C., Gutknecht, BD, Contreras-Reyes, E., Deng, Z., Tassara, A., Oncken, O., 2018.Chilean megathrust earthquake recurrence linked to frictional contrast at depth. Nature Geoscience . DOI:  10.1038 / s41561-018-0089-5

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